La denuncia viene después de que las autoridades dominicanas detectaran en su territorio una red dedicada supuestamente a sacar a jugadores desde Cuba para buscarles contratos en las grandes ligas norteamericanas. Las personas involucradas en este caso ya fueron tachadas de mercaderes de los deportes por los periodistas. Según la parte cubana esta gente está guiada por la Casa Blanca y persigue el objetivo de atacar al deporte nacional que es el béisbol.
El béisbol es la modalidad más popular en la mayor de Las Antillas. Los principales partidos de este juego son eventos que unen a gran parte de la ciudadanía. No en vano, la nación es dueña de tres Olimpiadas y 25 mundiales. Aunque en los últimos años no se pudieron evitar algunas derrotas importantes, como las pérdidas de las coronas mundiales de 2007 y 2009, así como el fracaso en Pekín 2008 cuando los isleños cedieron el título olímpico.
Muchos expertos están seguros de que esto no habría sucedido si no hubiera sido por el llamado 'robo de talentos deportivos'. “Se sabe que al extraer peloteros, al extraer boxeadores, voleibolistas pues están un poco desangrando al deporte cubano. Realmente es muy duro el ver que alguien que se formó en una provincia, que se formó ya en el equipo nacional, al siguiente año ya no está compitiendo ni por la provincia, ni por el país”, dice el narrador deportivo Luis Alberto Izquierdo.
Hoy en día ya pueden contarse por centenares los destacados beisbolistas cubanos que juegan en las grandes ligas estadounidenses. Las autoridades de la isla no dudan que este éxodo de sus deportistas está respaldado por la legislación norteamericana. En particular apelan a la ley de ajuste cubano conocida como la ley de 'pie seco-pie mojado'. Según esta regla, a partir de 1966 cualquier cubano que logre poner un pie en territorio de EE. UU. puede solicitar la residencia permanente un año después.
Mientras los llamados 'mercaderes del deporte' se preparan para comparecer ante el tribunal, donde podrían denegar o aceptar su culpa, el Gobierno cubano llama con insistencia a que se reconozcan los verdaderos motivos de sus acciones que según La Habana oficial no son solo pragmáticos, sino también desmoralizadores y subversivos.