“El caso es que se han examinado más de la mitad de los casos y apenas a 20.000 personas se les está garantizando quedarse en el país”, dijo a RT el periodista Rafael Prieto.
Tras siete meses de aplicación de la medida de la Administración Obama, se han revisado 411.000 casos de inmigrantes sin antecedentes penales y con fuertes vínculos en EE. UU. Además, hasta que termine el proceso de revisión los indocumentados se quedan sin su estatus legal.
El periodista Rafael Prieto atribuye el resultado a la antigua política aduanera que se resiste a los cambios positivos. “No es directamente la Administración en sí, sino es la política antigua existente en el servicio de inmigración y aduanas que tiene entre sus filas, entre sus empleados, gente que se resisten a los cambios, gente que no obedece las órdenes, gente que interpreta la ley de tal manera que impide que cualquier iniciativa que garantice una mejora, un alivio para la población indocumentada, esta gente entorpece cualquier iniciativa que vaya en esa dirección", sostuvo el experto.
Entre tanto, el bajo porcentaje de cancelaciones decepciona a la población migrante, cuyo voto es tenido en cuenta por el candidato demócrata para su reelección. “Esto no es nada bueno, por supuesto, para el presidente y lo peor es que las alternativas que hay en el lado republicano son aún más duras y drásticas”, opina Prieto.
Las frustradas esperanzas de los indocumentados de ser testigos de la implantación de la reforma migratoria prometida por Barack Obama durante su campaña electoral y el creciente número de deportaciones ponen en duda las opciones de Obama de acaparar el voto latino en las presidenciales de este otoño. Desde que Obama es presidente, cada año han sido deportadas alrededor de 400.000 personas.