La delegación del Departamento de Estado de EE. UU., encabezado por Frederick Hoff, el asesor especial del organismo para para Siria, visita Moscú tras la última sesión de la Asamblea General de la ONU.
Allí, el secretario general Ban Ki-moon expresó su preocupación ante el peligro de que se desate una guerra a gran escala y de manera inminente en ese país árabe y condenó las masacres de Hama y Houla, que causaron más de 150 víctimas.
El autor del plan de paz, el enviado especial de la ONU para Siria, Kofi Annan, ha propuesto crear un grupo de contacto que incluirá a potencias influyentes, para resolver la crisis. Ban Ki-moon añadió que a la cita debe sumarse Irán, por ser un país muy influente de la región, algo que provocó severas críticas de EE. UU.
Así la representante de Washington ante la ONU, Susan Rice, acusó a Teherán de “respaldar la violencia proveniente del régimen de [presidente sirio] Al Assad”. La misma postura había sido sostenida por la secretaria de Estado, Hillary Clinton.
Rusia, por su parte, respalda la idea de la participación iraní. Anteriormente, Rusia había propuesto celebrar en Moscú una cumbre internacional sobre Siria. Se espera que en la reunión participen unos 15 Estados u organizaciones, por ejemplo Qatar, Irán, la Liga Árabe y otros miembros de la ONU y de la Unión Europea, dijo este jueves el canciller ruso, Serguéi Lavrov.
Hasta el momento la invitación ha sido aceptada por Francia, China e Irán.