65 años de la victoria de las tropas aliadas en las Ardenas
Hace 65 años las tropas rusas salvaron a los aliados del fracaso en la batalla en las Ardenas. El mandatario británico Winston Churchill escribió a su homólogo ruso Iosif Stalin para que los rusos adelantasen la respuesta a Adolf Hitler en el Frente Central porque en el Frente del Oeste las tropas de EE.UU. y Gran Bretaña estaban a punto de capitular y necesitaban que las fuerzas alemanas cambiaran su interés hacia el otro frente. Los soviéticos atacaron con éxito.
De entre los periodos de viraje de la Segunda Guerra Mundial destaca la Batalla de las Ardenas que, gracias a las tropas rusas, llevó a la coalición antihitler una victoria estratégica y les dió la posibilidad de entrar la Alemania de Oeste.
Adolf Hitler tenía planes de cambiar la situación en el Frente Occidental, atacando a las tropas de Gran Bretaña y EE.UU. en Bélgica y los Paises Bajos, dejando libres a las fuerzaspara el Frente Oriental. Pero tras 9 días fracasó completamente. La batalla del 16 de diciembre de 1944 al 29 de enero de 1945 fue la última gran batalla que las tropas nazis pudieron llevar a cabo. La iniciativa estratégica irremediablemente se trasladó a las manos de los aliados.
El caudillo alemán esperaba dar unos duros golpes a una coalición de países con ideologías opuestas: la capitalista y la comunista, que debería sufrir profundas discrepancias a causa de sus contradicciones. Creía que esta alianza era artificial y caería bajo su ataque.
El dominio durante la primera parte del ataque perteneció a las tropas de Hitler. Los británicos y estadounidenses que fueron instalados en el territorio de las Ardenas no esperaban la ofensiva enemiga. Tras romper el frente y penetrar 90 km., los nazis crearon una situación desesperada para los aliados. Pero el Estado Mayor alemán cometió un fallo fatal y su propia artillería antiaérea derribó 200 de los 800 aviones nazis enviados para apoyar a las Fuerzas Armadas alemanas. Este hecho permitió a los aliados recuperar el aliento.
La correlación de fuerzas era superior de las tropas angloamericanas: 87 divisiones con más de 10.000 aviones y 6.500 de tanques contra 39 divisiones alemanas con mil aviones y 600 tanques. Pero a la comandancia aliada le faltaba la experiencía en el teatro de combate europeo, además los anglo saxones carecían la coordinación en el esfuerzo comun.
La discusión sobre quién debía dirigir todas las tropas terrestres en el Oeste, los estadounidenses o el general británico BernardMontgomery, llegaron a su punto álgido que reveló el carácter aparente de su colaboración. La falta de apoyo de los británicos hizo que los jefes del sector estadounidense del frente pidieran el envío de refuerzos y 100.000 marines. Finalmente, los gobiernos de las potencias aliadas decidieron formar grandes unidades con las tropas de Francia y Bélgica.
Esto da una idea de los recursos humanos de los ejércitos de Gran Bretaña y EE.UU. Los aliados estaban acostumbrados a que el mayor peso en las operaciones terrestres en Europa lo llevaran las tropas soviéticas. Gran Bretaña y EE.UU. desarrollaron la aviación y la flota. Entonces, en ese periodo 87 de las 89 divisiones estadounidenses luchaban en el frente: EE.UU. casi no tenía reservas. Además, solo un 30% de los efectivos estaba en las unidades de combate. Las condiciones de los británicos fueron a peor: en el otoño de 1944 empezaron a reformar unidades enteras uniéndolas para suplir a los que iban cayendo, aunque reduciendo así el número total de unidades.
A 1 de enero de 1945, Alemania tenía 313 divisiones y 32 brigadas: 185 divisiones y 21 brigadas en el frente alemán-soviético, 108 divisiones y 7 brigadas en el frente occidental, y el resto ocupaban territorios usurpados. En general, el 33% de las tropas nazis luchaban contra los angloamericanos.
Los gobiernos de EE.UU. y Gran Bretaña no vieron la posibilidad de liquidar la crisis en el Frente Occidental con sus propias fuerzas y pidieron ayuda urgente de la Unión Soviética.
El 6 de enero de 1945 el primer ministro de Gran Bretaña, WinstonChurchill, escribe al mandatario ruso, Iosif Stalin: en el Frente Occidental hay una situación muy “preocupante”, “se llevan a cabo combates graves, cada minuto puede exigir grandes decisiones del mando supremo”. En definitiva, Churchill quería saber si los angloamericanos podían contar con el ataque soviético en el Frente Central en enero. El 12 de enero las tropas rusas se encaminaron hacia el Oeste, adelantando sus planes 8 días.
Éste fue el miedo más grande de las tropas de Hitler. Un oficial del quinto ejército de tanques de Alemania en las Ardenas admitía: “el 12 y 13 de enero los rusos emprendieron su gran ataque y esto impactó inmediatamente al Frente Occidental. Mucho tiempo temimos el traslado de nuestras tropas al Este y ahora se está llevando a cabo muy pronto…”. Las tropas de Hitler terminaron sus operaciones activas en el Oeste, empezando a transferir sus fuerzas al Frente ruso.
Franklin Roosevelt, presidente de EE.UU., escribía a Iosif Stalin el 18 de enero: “La hazaña hecha por sus soldados heróicos y la eficacia que demostraron en este ataque dan esperanza para próximos éxitos de nuestros ejércitos en ambos frentes”. El 22 de enero el comité británico de los jefes de Estado Mayor constató “El nuevo ataque de los rusos cambió bruscamente la situación. Según las estimaciones más reales, el fin de la guerra se puede esperar a mediados de abril”. Finalmente, el Comité de los jefes de Estado Mayor Conjunto llegó a una conclusión: “Gracias al ataque ruso ha proporcionado una libertad de maniobra hasta el 15 de marzo”.
El avance de las tropas soviéticas después del 12 de enero significó la catástrofe total para la Alemania de Hitler. Los nazis tuvieron que enviar todos sus recursos al Este, dejando en el Oeste sólo puestos de resistencia débiles.
(el artículo está escrito basándose en la investigación de los historiadores, uno de ellos preparaba la edición de la correspondencia entre Iosif Stalin y los mandatarios de EE.UU. y Gran Bretaña durante la Segunda Guerra Mundial)