Los datos personales fueron hechos públicos en un documento que se podía descargar a través de Internet. En esta ocasión se revelaron hasta las fotos de perfil, biografía, localizaciones e incluso el último tweet de los usuarios afectados.
La filtración de las cuentas de los usuarios fue reivindicada por el grupo de hackers que se hace llamar LulzSec Reborn y que dicen ser los sucesores de LulzSec, el grupo de ciberdelincuentes que se disolvió en julio de 2011 y cuyos líderes fueron arrestados en marzo de 2012.
Pese a que el FBI declaró al grupo "decapitado", los hackers aseguraron haber filtrado, durante ese mismo mes, miles de correos de un sitio de citas por Internet dedicado a militares estadounidenses, además de introducirse en la base de datos de una compañía relacionada con la banca de EE. UU.