“Nos preocupa la información sobre el suministro de helicópteros de combate a Siria por parte de Rusia. Esto puede causar una rápida escalada del conflicto”, declaró la jefa de la diplomacia norteamericana.
A su vez, el portavoz del Pentágono, John Kirby, señaló que no tiene conocimiento sobre dicho suministro.
El Ministerio de Exteriores de Rusia ha declarado en reiteradas ocasiones que Moscú no está violando ningún acuerdo internacional y no suministra a Siria armamento alguno que pueda ser empleado contra la población civil.
Algunos analistas, como Lajos Szaszdi, opinan que Washington aplica una "política de doble estándar" en lo referente al conflicto sirio en general y acusando a Rusia, en particular.
Así, por ejemplo, el experto hace referencia a la guerra de Vietnam durante la cual Washington le proporcionaba helicópteros al Ejército de Vietnam del Sur para su lucha contra los rebeldes del Viet Kong que querían derrocar al Gobierno de Saigón. Asimismo, Szaszdi menciona el ejemplo de la guerra de Afganistán, en la que las tropas norteamericanas usan helicópteros contra los talibanes que son rebeldes que quieren derrocar el Gobierno de Karzai.
Por un lado, la secretaria de Estado acusa a Rusia del suministro de helicópteros que “puede provocar una escalada del conflicto”, pero por otro, “no hay duda de que EE. UU. está contribuyendo a la causa armada de los rebeldes” sirios, afirma Szaszdi, de manera que, de hecho, sería EE. UU. el que echa leña al fuego en el conflicto sirio.
El analista afirma que las acusaciones de Clinton son un instrumento de la política estadounidense que “busca poner a Rusia en una mala situación” para presionarla con el fin de que se ponga del lado de las potencias occidentales en el conflicto sirio, que persiguen un cambio del régimen en este país árabe.