“Por supuesto, sería mejor si nuestros socios no lo hicieran, ya que eso conllevaría una reacción por nuestra parte”, dijo Putin.
Resaltó que independientemente de los términos que escojan en Washington, se trata de un “elemento de la carrera armamentista”.
“Tenemos todas las capacidades para una reacción adecuada”, agregó el mandatario en una alocución ante los militares de una base aérea rusa.
El sistema está teóricamente destinado a proteger a los países europeos de una supuesta amenaza por parte de Irán, aunque muchos especialistas niegan que la República Islámica esté diseñando armas nucleares o sea capaz de atacar a Europa.
España, Portugal, Rumania, Polonia y Turquía son los países que acordaron el despliegue en sus territorios de instalaciones militares de la OTAN; entre ellas, misiles interceptores con base en silos y buques equipados con misiles y radares. El sistema está ya parcialmente operativo, según declaró en mayo pasado el secretario general de la Alianza, Anders Fogh Rasmussen.
En reiteradas ocasiones Moscú exigió en vano a Washington que dé garantías jurídicas por escrito de que su sistema no se dirige a mermar las capacidades defensivas de Rusia.