Cerca de 200 soldados integrantes del Batallón 1 del 6º Regimiento del cuerpo de marines de Estados Unidos, llegaron ayer a Afganistán como paso previo, al nuevo contingente aprobado por Barack Obama, informaron fuentes de El Pentágono.
Este primer refuerzo es parte de los 1.500 militares que se esperaban que estuvieran en suelo afgano para Navidad.
Desde que se produjo el anuncio del presidente estadounidense, alrededor de 16.000 uniformados han sido desplegados. Un contingente que seguirá aumentando hasta llegar a los 30.000 prometidos para finales del verano que viene.
El jefe del Estado Mayor, el almirante Mike Mullen que se encuentra en la capital del Estado islámico, Kabul, advirtió a los nuevos efectivos que deben esperar más combates y más bajas. Hizo mención especial a aquellos veteranos que de nuevo se han incoporado a la operación. “A los veteranos les he dicho que esperen un Afganistán diferente a lo que conocían últimamente. La insurgencia se ha vuelto más violenta, más omnipresente, y más sofisiticada”.
Mullen reiteró la intención de Washington, de empezar a reducir el número de tropas desplegada, en el territorio afgano en verano de 2011. También señaló que la implicación norteamericana allí continuará.