Varios medios estadounidenses, incluidos la CNN y NBC, informaron el viernes pasado que el buque anfibio ruso, 'Nikolay Filchenkov', -y en algunas variantes un grupo de naves- está navegando rumbo al puerto sirio de Tartús, según fuentes de inteligencia.
Se informó que llevaba armamentos y tropas a bordo para garantizar la seguridad de la base de mantenimiento y abastecimiento técnico y material que Rusia alquila en el puerto.
No obstante el buque todavía está en la base naval rusa de Sebastópol, según lo comprobó personalmente un corresponsal de la agencia de noticias RIA Novosti. Tampoco está cargado, según demuestra el calado.
La agencia citó a un oficial naval de la base diciendo que el buque ha estado atracado desde el 8 de junio pasado.
“No hay infantes de marina a bordo, tampoco hemos recibido órdenes para zarpar a Siria. Los equipos hacen su trabajo rutinario”, contó el oficial.
No es la primera discusión sobre armamento entre Rusia y EE. UU. esta semana.
El martes pasado la Secretaria de Estado acusó a Moscú de suministrar helicópteros de combate a Siria, diciendo que el Gobierno sirio podría utilizarlos para oprimir la oposición. Se reveló más tarde que se trataba de helicópteros viejos que ingenieros rusos habían modernizado y devuelto bajo un contrato existente.
Rusia, junto con China, rechaza cualquier injerencia militar en el conflicto en Siria y ha vetado en el Consejo de Seguridad de la ONU las resoluciones promovidas por Occidente que la permitirían.