No obstante, el anuncio oficial de los resultados de las elecciones está previsto para el próximo jueves.
El presidente electo recibirá un país en desorden, sin una constitución ni un parlamento, después de que la gobernante junta militar disolviera el Legislativo esta semana.
La campaña electoral ha dividido a la población, entre los que temen un retorno a los métodos del régimen anterior y los que prefieren separar la religión de la política, en medio de las preocupaciones de que los Hermanos Musulmanes supriman las libertades personales.
Ahmed Sarhan, el representante del candidato Ahmed Shafiq, alegó que no reconoce ninguno de los resultados de la votación anunciados por sus adversarios, informa el canal egipcio ONTV. Según él, los resultados hechos públicos por los Hermanos Musulmanes son “absurdos” y pretenden ser “manipulaciones patéticas de los medios de comunicación”.