El viernes pasado, el general Robert Mood, jefe de la misión de la ONU en Siria, dijo: “Es importante que ambas partes den oportunidad a la misión y a la comunidad internacional para servir de la mejor manera posible a las aspiraciones del pueblo sirio”.
La declaración no dejó dudas de que los observadores seguirían con su trabajo. Sin embargo, al día siguiente la situación dio un drástico viraje. "Los observadores no continuarán con sus patrullajes y permanecerán en sus puestos hasta próximo aviso", anunció el general.
Estas contradictorias declaraciones del general noruego se dieron en 24 horas. Las razones oficiales para la suspensión de la misión fueron la escalada de violencia y el rechazo de ambas partes a cesar los enfrentamientos armados. Esto, según el jefe de los observadores, obliga a trabajar en condiciones de constante riesgo, lo que les impide cumplir la misión.
Sin embargo, algunos expertos consideran que las verdaderas razones de esta decisión son otras.
“Razones de seguridad no creo que sean porque este conflicto ya lleva varios meses. Es más porque EE. UU. ha empezado a movilizar a sus tropas en varios países (concretamente a España). Esto se ha hecho de forma que se ve imposible una solución pacífica”, dijo la escritora y analista independiente Concheta Dellavernia.
Como prueba de esto, inmediatamente tras el anuncio de la suspensión de la misión de observadores, el portavoz del Consejo Nacional de Seguridad de EE. UU. aseguró que Washington analiza junto a sus aliados los próximos pasos para la transición política en Siria sin el presidente Bashar al Assad.
Damasco, como ya es habitual, culpó del cese de la misión a los grupos armados y a las “potencias externas” que suministran armas a los integrantes del así llamado Ejército Libre Sirio.
Además, muchos analistas aseguran que desde el principio la misión no fue imparcial y sirvió más bien como un instrumento para crear un ambiente informativo amañado. Lo que continúa tras anunciarse la suspensión de la misión de observadores.
“Estoy muy decepcionado de esta misión de la ONU. Dudo de su objetividad y sinceridad. Además, podemos ver que la OTAN utiliza la misión para crear información falsa”, opina Thierry Meyssan, periodista y activista político.
De cualquier forma, con esta inesperada interrupción, la misión de las Naciones Unidas podría pasar de ser una propuesta para dar cierta estabilidad a la situación en Siria, a convertirse en un factor para desestabilizar la frágil tregua del país.
Tras el cierre de la misión de observadores de la ONU el pueblo sirio se queda solo en el campo de batalla. Lo que tal vez signifique una buena oportunidad para que Occidente entienda que son los mismos sirios los responsables de acabar con el caos y empezar el diálogo contructivo, dejando las sospechas y las armas.