Las acciones de los mineros son las últimas y más violentas de las que sacuden a España en respuesta a las duras medidas de austeridad que pretenden atajar la crisis financiera.
Las protestas prosiguen tanto en las calles como bajo la tierra. Así, 7 trabajadores de carbón mantienen viva la protesta con un encierro que dura ya casi un mes. Además de cortar carreteras y quemar neumátcios, los manifestantes 'colgaron' este lunes de la torre de la mina Santiago
un muñeco que representa al presidente Rajoy.
La convocatoria de paro general afecta a un total de 31 municipios mineros de las cuencas de León (24) y Palencia (7).
Las organizaciones sindicales UGT y CCOO convocaron una huelga general que ya dura 22 días, por el "incumplimiento" de lo acordado en el Plan Nacional de Reserva Estratégica del Carbón 2006-2012.
En 2010 la Comisión Europea decretó que diez centrales eléctricas españolas debían producir un 9% de toda la electricidad nacional a partir del carbón. Sin embargo,ante la gravedad de la situación económica, el Gobierno de Mariano Rajoy anunció recortes en las ayudas ya pactadas, que pasaron de 301 millones de euros en 2011 a 111 millones este año, lo que acelera la condena del sector y ha provocado el actual conflicto.
El fin definitivo de las ayudas al sector estaba previsto para 2018. Cada año se reducen paulatinamente un 10%, pero este año el recorte ha sido 6 veces mayor y las subvenciones al sector fueron reducidas en un 64%. El Gobierno se escuda en la crisis, pero para los mineros aceptar esas condiciones significa renunciar a sus derechos, y poner en peligro la misma minería y el futuro de las comarcas que dependen del carbón.
Desde hace 20 años, las minas de carbón españolas han ido cerrando progresivamente. Una cuarentena de ellas siguen abiertas, principalmente en el norte. En ellas trabajan unos 8.000 mineros y mantienen entre 20.000 y 30.000 empleos indirectos, según los sindicatos.