Las leyes federales de EE. UU. estipulan que las tribus indígenas deben recibir presupuesto para programas sociales. Sin embargo, durante años el Congreso de EE. UU. no asignó el dinero suficiente para cubrir estas necesidades básicas, privándolos de cientos de millones de dólares.
La reciente decisión judicial ordenó el reembolso del presupuesto para programas sociales en las comunidades nativas, entre ellas la tribu Navajo, que será recompensada totalmente.
Este es el primer avance serio para atender el rezago y los problemas sociales de los nativos norteamericanos. A principios de mayo, la ONU instó al gobierno estadounidense a devolver las tierras robadas a los indígenas, lo que consideró una medida "de peso" para mejorar la situación económica y social en las reservas de indios.
Los indígenas estadounidenses son discriminados en el ámbito laboral y educativo. Cerca de un millón de indios viven en las 310 reservas que existen en el país y sus ingresos per cápita son de unos 7.000 dólares al año, seis veces menos que el promedio nacional. La esperanza de vida es de 50 años y entre ellos se registra uno de las más altas tasas de suicidios (también entre adolescentes) de todo EE. UU.