El ataque forma parte de la serie de atentados perpetrados durante este mes y que están dirigidos principalmente contra los peregrinos musulmanes chiitas y los sitios religiosos. En este sentido las autoridades iraquíes alarman ante la violencia sectaria generalizada que crece en el país.
Solo durante la semana pasada fallecieron más de 80 personas en una serie de explosiones de bombas en varias ciudades de Irak, incluso en la capital del país.