Todo infractor que sea atrapado con material pirateado como música o DVDs, deberá pagar una multa de hasta 25.000 dólares y será castigado hasta con dos años de prisión.
La descarga sin permiso de material con derechos de autor fue declarada ilegal en 2009, pero sin ningún tipo de sanciones reales. El castigo solo se limitaba a aquellos que subían archivos a Internet, enfrentando penas de hasta 10 años de prisión o multas de hasta 10 millones de yenes (125.000 dólares) por dicha infracción, de acuerdo con el Japan Times.
El proyecto fue aprobado con poca oposición por la Cámara de Diputados de Japón y anteriormente había sido sancionado por la Cámara Alta con una abrumadora mayoría de 221 contra 12.
Uno de los pocos opositores al proyecto de ley, Takeshi Miyamoto, expresó su desacuerdo diciendo que, si bien la descarga ilegal es un problema, un enfoque más eficaz sería la pronta retirada de contenidos ilícitos subidos, en lugar de centrarse en el castigo.