La decisión es resultado de un recurso de apelación presentado por un grupo de diez de los 40 presos que permanecen en los llamados corredores de la muerte en este estado sureño.
Según la resolución del Tribunal, el legislativo "abdicó de su responsabilidad al otorgar discreción sin restricciones al Departamento de Penitenciaría estatal" sobre los procedimientos a utilizar para las ejecuciones, entre ellos la selección de los fármacos que se aplican.
El método de la inyección letal, compuesta de tres drogas que, administradas conjuntamente, provocaban consecuencias fatales -una sustancia adormece al reo, mientras que las otras dos detienen su corazón y los pulmones-, fue criticado por su crueldad. En varios casos ocurrió que los fármacos no adormecieron a los presos, que fueron conscientes de cómo sus órganos internos dejaban de funcionar uno por uno.
Además, los defensores de los derechos humanos afirman que la aplicación de la inyección letal se ha convertido en un caos. Alrededor de diez estados están experimentando con diferentes drogas, con muy poca cooperación entre sí. La ejecución con un solo medicamento en Arizona el mes pasado produjo escenas grotescas, cuando un preso empezó a sacudirse violentamente tras una inyección letal.
El pasado año, el Supremo suspendió la ejecución programada de tres presos con el mismo argumento. En lo que va de 2012 ya han sido ejecutados en Estados Unidos 22 presos, según la ONG 'Death Penalty' ('Pena de Muerte').