De esta manera los investigadores demostraron que un arma que se usa contra terroristas podría caer en sus propias manos.
Los expertos advierten: los componentes para crear este mecanismo están disponibles en cualquier tienda de tecnología y cuestan tan solo unos 1.000 dólares, hecho que podría desatar una nueva ola de terrorismo hacia el año 2015.
Este mismo año EE.UU. tiene previsto abrir su espacio aéreo para los vuelos de aviones de este tipo, destinados a servicios de emergencias y a compañías de seguridad.
EE.UU. busca más control
Juan José Gutiérrez, miembro de la Organización Vamos Unidos USA, opina que si los drones son robados, esto sería una buena escusa para que EE.UU. impusiera aún más vigilancia en su territorio, obligando así a su población a vivir en permanente supervisión.El analista advierte que “lo peligroso es que estos drones pudieran caer en manos equivocadas, porque le daría a las autoridades un poder adicional para continuar efectuando drásticas medidas de seguridad y así, una vez más, encaminar a nuestra sociedad a que nos acostumbremos a vivir bajo una permanente e intrusiva vigilancia que nos acerque cada vez más a vivir prácticamente en un estado policiaco".