China evita el ‘castigo’ de EE.UU. por el consumo de petróleo iraní

Singapur y China se vieron exentos de la aplicación de las sanciones estadounidenses contra compañías e instituciones gubernamentales en el exterior que compren petróleo a Irán. La decisión del Departamento de Estado de EE.UU. deja prácticamente vacía la lista de grandes economías sujetas a la medida.

La secretaria de Estado, Hillary Clinton, explicó en un comunicado que los dos países asiáticos se sumaron a otros dieciocho, que ya habían “reducido significativamente su volumen de compras de crudo a Irán”. Entre aquellos figuraban 10 naciones de Europa, Japón y siete más, como Corea del Sur, India, Sri Lanka, Malasia, Sudáfrica, Turquía y Taiwán ‘indultadas’ antes de este mes de junio, pese a haber continuado las compras de los hidrocarburos iraníes. 

China, que es el país que más importa petróleo iraní, redujo un 25% el suministro entre enero y mayo. Su Ministerio de Energía ha anunciado esta semana “un cambio estructural en sus importaciones de crudo, que permitirá continuar esta reducción”. Clinton celebró en su comunicado esa tendencia e indicó que permitiría dentro de los 180 días, tal y como estipula la ley de gastos de Defensa para 2012, prorrogar la no aplicación de las sanciones.

La exclusión de todos los principales usuarios de los recursos hidrocarburos iranés de la lista 'negra' no impidió a que la propia norma restrictiva entrara en vigor a partir de este jueves. La imposición de la sanción respecto a un círculo 'vacío' de naciones dejó perplejos a muchos congresistas en EE.UU. 

Así, la presidenta del comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes Ileana Ros-Lehtinen criticó al Gobierno por expeditar un ‘pase libre’ al mayor comprador de crudo iraní. “A la administración le gusta darse a sí misma palmaditas en la espalda por la imaginaria solidez en las sanciones contra Irán —dijo—, pero las acciones hablan más alto que las palabras”.

Washington presiona a Teherán por su programa nuclear que, presuntamente, podría tener fines militares: acusación que las autoridades persas rechazan. Según la lógica de la Casa Blanca, los menores ingresos petroleros obligarán a los iraníes a cumplir con las exigencias de la comunidad internacional respecto a la no proliferación de armas nucleares. 

Occidente evalúa las sanciones en unas pérdidas de 8.000 millones de dólares para Irán cada trimestre. En total, según los datos difundidos por la Agencia Internacional de Energía, las exportaciones de crudo iraní han bajado un 40% en lo que va del año: de unos 2,5 millones de barriles diarios en 2011 a un millón y medio.