El desplazamiento se produjo después de que el rey saudita, Abdullah bin Abdul Aziz Al Saud, ordenara a las fuerzas de seguridad del país estar en máxima alerta debido a la situación en la región.
Las tropas sauditas, equipadas con tanques, misiles y sistemas de defensa antiaérea, se dividirán en dos partes. Una se dedicará a proteger al rey Abdullah de las posibles represalias de Siria o Irán realizadas a través del territorio sirio o iraquí. La otra se dirigirá a través del territorio de Jordania hacia la frontera sureste de Siria, donde se establecerá una zona de seguridad alrededor de las ciudades de Deraa, Deir al-Zour y Abu Kemal, centros de los rebeldes sirios.
Las tropas sauditas desplegadas en la frontera con Irak tendrán que defender el país de las posibles incursiones de los militantes chiitas iraquíes, que están bien entrenados, bien armados y operan bajo el mando de los oficiales de las brigadas iraníes Al-Qods, un brazo exterior de los Guardianes de la Revolución de la República Islámica.
Estos preparativos bélicos de las Fuerzas Armadas de Arabia Saudita se producen poco después de que Siria abatiera un avión turco porque este había entrado en el espacio aéreo sirio sin autorización, según las autoridades de este país. El incidente provocó una gran polémica. Muchos expertos señalan que Turquía intentará usar el incidente para persuadir a sus socios occidentales de iniciar una operación militar contra Siria.