Las empresas que pueden competir por el contrato de 4.000 millones de dólares son Raytheon y Lockheed Martin (EE.UU.), Rosoboronexport (Rusia), CPMIEC (China) y el consorcio franco-italiano Eurosam.
Varios expertos señalan que son Francia y EE.UU. quienes tienen una buena oportunidad de ganar el concurso, por miembros de la OTAN, hecho que, según los medios de comunicación turcos, puede influir en la decisión final.
Con esta compra Turquía busca fortalecer la defensa del país, que por ahora no goza de un sistema de misiles de largo alcance.
El hecho es visto como una respuesta al reciente incidente entre Turquía y Siria, en el que este último derribó un avión de combate turco, que presuntamente había penetrado en territorio sirio. Bajo este pretexto actualmente Turquía está presionando a la OTAN para que autorice una ofensiva occidental contra Damasco.