Así, según investigaciones independientes, las cadenas intentan manipular la opinión de los espectadores mostrando hechos falsos sobre las revueltas árabes.
Danny Schechter, analista y ex productor de CNN, apunta que la atención de los medios occidentales “se centra en la cobertura de la acción que refuerza una idea preconcebida de lo que está pasando. Claro, el Gobierno sirio es malo, según ellos. Creen que todo lo que ocurre ahí es el resultado de lo que Al Assad hace y no hace. Esto es lo que interesa a la gente que quiere intervenir y derrocar a este Gobierno”.
Por su parte, el periodista Edwart Mortimer, quien de manera independiente analizó la cobertura de la cadena BBC sobre los acontecimientos que suceden en Oriente Medio, denunció el uso indebido del material audiovisual sobre Siria, obtenido por el gigante mediático. Precisamente la BBC fue la que usó las imágenes de una masacre en Irak perpetrada en 2003 para ilustrar la matanza en la ciudad siria de Houla donde fueron asesinados más de 100 civiles, la mayoría de ellos mujeres y niños.
Algo parecido, según el investigador, ocurrió en Libia, que tomó el relevo de las 'primaveras árabes' después de Túnez y Egipto. En aquel momento, para muchos medios occidentales el Gobierno de Gaddafi era la única parte culpable del enfrentamiento y las acciones violentas de los rebeldes no suscitaban muchas preguntas. “Mucha importancia tuvo la cobertura de las violaciones de derechos por parte del Gobierno de Gaddafi. Pero creo que tardaron bastante tiempo en entender el hecho de que mucha gente del otro lado también mataba y torturaba”, señala Mortimer.
La cobertura parcial y tergiversada de los acontecimientos en Oriente Próximo por parte de varios medios occidentales se repite una y otra vez. Parece que ya existe un guión que los medios siguen al pie de la letra y no se preocupan de analizar lo que realmente sucede en los países sumergidos en el caos y la violencia de los enfrentamientos armados.
El analista Danny Schechter destaca que “la gente de la Yijad, de Al Qaeda, estaba involucrada en la división del pueblo sirio. Ellos tenían a sus guerreros allí al igual que en Libia. No es cuestión de que la democracia occidental sea buena y Al Assad sea malo. Hay un mosaico de fuerzas involucradas mucho más complicado y los medios parece que no lo notan o no lo analizan”.
Mientras las piezas de este puzle todavía no pueden formar un cuadro mediático objetivo, muchos periodistas insisten en manipular a los espectadores que les siguen día a día. En este contexto quién sabe si Bashar al Assad será el siguiente en ser derrocado no tanto por la fuerza militar, sino por las imágenes y las frases que nos ´bombardean´ desde la prensa, la televisión e Internet.