El voto se produce después de que hasta cuatro comisiones europarlamentarias -el Comité de Asuntos Legales, el Comité de Industria, Investigación y Energía y el Comité de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior- hayan recomendado rechazar el polémico acuerdo ACTA.
Además, durante un debate en Estrasburgo (Francia) todos los grupos, a excepción del Partido Popular Europeo (PPE), también se han pronunciado en contra del pacto internacional.
El Acuerdo Comercial Antifalsificación (ACTA) promueve la fijación en las legislaciones nacionales de nuevas sanciones penales contra los proveedores y usuarios de Internet que no observen la legalidad de todos los contenidos que suban, guarden o descarguen. Tanto los internautas activos, como los políticos de distintos países temen que esta cláusula criminalice a la mayor parte de la sociedad.
El futuro del ACTA quedó en el aire debido a las multitudinarias protestas a nivel mundial y a la falta de apoyo entre las autoridades de Países Bajos, Alemania, Bulgaria, Polonia y República Checa, que se muestran contrarios a la iniciativa.