El hecho ocurrió en un suburbio de la ciudad pakistaní de Bahawalpur. Según la policía, la víctima padecía de trastornos mentales y había sido detenido después de que vecinos denunciaron que había roto un ejemplar del Corán y había arrojado sus páginas a la calle.
El sospechoso fue llevado a la estación de policía, a la que después de un breve lapso llegó la muchedumbre exigiendo "ejecutar al infiel". “Exigían que lo ejecutáramos en público y de no hacerlo amenazaron con matarlo con sus propias manos”, dijo un policía local.
Los oficiales no pudieron siquiera empezar a investigar el caso, porque la gente enfurecida empezó a entrar en la estación. Trataron de dispersarlos con gas lacrimógeno, pero esto no los detuvo. Cuatro policías resultaron heridos, mientras los fanáticos religiosos quemaban patrullas y bloqueaban el tránsito de la zona.
"Éramos muy pocos y ellos demasiados. Estaban como leones enojados y al final lograron llevarse al hombre”, relató el policía.
La gente se llevó al acusado al lugar donde supuestamente profanó el Corán y testigos aseguran que lo golpearon hasta la muerte, luego lo rociaron de gasolina y lo quemaron.
Centenares de personas observaban la ejecución, mientras la víctima suplicaba ayuda. Después irrumpieron en la casa del jefe de la policía local y quemaron toda su propiedad.
La policía está identificando al asesinado y se ha iniciado un proceso penal. Se cree que la víctima estaba demente porque un policía describió que “no entendía lo qué pasaba y se reía y cantaba”.