La figura de Stalin continúa siendo objeto de debate en la sociedad rusa
Trás el 130 aniversario del nacimiento de uno de los dictadores más polémicos del siglo pasado, se montó en Moscú una singular exposición de dibujos con anotaciones del mismo. Son reproducciones de obras de destacados artistas rusos, miembros de la Academia de Bellas Artes, en las que Iósif Stalin escribió sus comentarios. A menudo se trata de comentarios obscenos, utilizando un lenguaje vulgar.
La figura de Stalin es materia de discusión constante en Rusia. El historiador Nikolai Petrov, que ha estudiado la naturaleza de su liderazgo, afirma que “la dictadura de Stalin y el culto a su personalidad era una manifestación del despotismo asiático: la divinización del líder, al que se atribuían las cualidades de un dios, el desprecio al individuo, a la vida humana. Todo ello representa lo que se suele llamar ‘comportamiento asiático’. De este modo se puede caracterizar a la cultura soviética como algo arcaica y medieval”.
“La estabilidad de un régimen totalitario se aseguraba gracias a la omnipresencia de las fuerzas represivas. Todas las esferas de vida de los ciudadanos estaban controladas. La religión había sido prohibida y Stalin y el marxismo-leninismo ocuparon el lugar de dios”, añade Petrov.
Casi 57 años después de su muerte, sigue teniendo adeptos que argumentan que el dictador ganó la guerra contra los nazis y que industrializó la Unión Soviética hasta convertirla en una súper potencia.
El 21 de diciembre, cerca de la muralla de Kremlin, se reuniéron cerca de mil personas para rendir homenaje al ex jefe de gobierno soviético y hacer una ofrenda floral a su tumba. La acción fue organizada por el Partido Comunista e incorporó a los líderes del partido y a los simpatizantes de Stalin.
Según afirman los expertos, la historia no puede ser juzgada desde un único punto de vista. “En los años 70, sólo se podía criticar a Stalin con las palabras que otros líderes comunistas habían elegido para criticarle. No se podía decir ni más, ni menos. Sin embargo, creo que la situación actual ha mejorado en comparación con la época de finales de los ochenta, cuando los medios estatales lo difamaban. Ahora la gente tiene libertad de opinión. Sus partidarios pueden decir lo que quieren, al igual que los contrarios,” dice el analista político Dmitri Babich.
El presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, no comparte la visión de los partidarios de Stalin y explica que “hasta ahora algunos afirman que todas estas víctimas se pueden justificar con la finalidad suprema del Estado. Estoy convencido de que el desarrollo del país, sus logros y ambiciones no se pueden fundar en desgracias y pérdidas humanas. Nada puede considerarse más precioso que la vida humana. Las represiones no tienen justificación”.