Las declaraciones del mandatario estadounidense, realizadas en una entrevista para una cadena de radio norteamericana, han desatado numerosas críticas que provienen tanto de los defensores de la política de Chávez, como de miembros del Partido Republicano, que piensan que hay que actuar con más dureza contra el Gobierno del país sudamericano.
En lo referente a las relaciones entre Irán y Venezuela, Obama afirmó que “siempre estamos preocupados por el papel desestabilizador de Irán en todo el mundo, pero creo que lo que ha hecho el señor Chávez en los últimos años no representa un peligro para nuestra seguridad nacional”.
El mandatario también dijo que su gran preocupación respecto a Venezuela es que su pueblo pueda tener elecciones libres y justas.
Según el analista internacional Eduardo Martínez, la retórica del mandatario evidencia la búsqueda de un acercamiento al electorado republicano para garantizar más votos.
“Hay antecedentes nefastos de actitudes violentas hacia Chávez, como ocurrió en el golpe de 2002, donde es evidente el respaldo de EE.UU.”, señaló Martínez a RT.
El experto aseguró que actualmente no se puede entender el mundo dividiendo a las tendencias gobernantes entre derechas e izquierdas cuando los que "ganan las elecciones son quienes se acercan más a los centros”.
En su opinión, precisamente ese componente republicano ha estado presente en muchos de los desacuerdos que Obama ha mantenido con Venezuela. "Discursos que", según Martínez, “cualquier presidente estadounidense necesita para mantener cerca votos esquivos o indecisos”.
No obstante, este "acercamiento" a posturas republicanas no parece suficiente para el candidato a la presidencia de ese partido, Mitt Romney, que también ha mostrado su indignación ante las declaraciones del actual presidente de EE.UU.
A través de un comunicado, acusó a Obama de "restarle importancia a las amenazas de un régimen que abiertamente nos quiere dañar".