"No queremos violencia, no queremos sangre"
Comparando los recientes acontecimientos en Paraguay con lo que pasó en Honduras hace tres años, cunado destituyeron al presidente Manuel Zelaya de manera similar, Fernando Lugo hace hincapié en que, a diferencia del país centroamericano, donde “había tanques en la calle, sangre y violencia”, en su nación “esto no se ve”. Esto se debe a que “este presidente y el Gobierno elegido limpiamente en Paraguay no quieren violencia, no quieren sangre”, asegura. Al mismo tiempo el presidente depuesto señala que el hecho de que no haya violencia en las calles de Paraguay no significa que “esto sea menos grave de lo que ocurrió en Honduras”.Según el mandatario depuesto, “se preparaba una masacre”, y para evitar que se derrame sangre “nos hemos sometido a un proceso ilegal e injusto”. “Fue una herramienta constitucional con la fachada de un juicio político, una parodia comercial”, señala en referencia al procedimiento de su destitución por la Cámara Alta del Parlamento, llevado a cabo el pasado 22 de junio.
La "frágil" democracia de Paraguay
El político reconoce que “tuvo que suceder este golpe parlamentario”, ya que “en Paraguay hay una frágil democracia”.Lugo señala que hoy en día se puede “afirmar con argumentos que hay una persecución política, ideológica” en Paraguay. Según el ex mandatario, es necesario que los organismos regionales tales como UNASUR y MERCOSUR, al igual que otras instituciones internacionales, “pongan los ojos en el proceso de restauración de la democracia en Paraguay”. Y la democracia, según Lugo, “pasa por la participación, por la igualdad de oportunidades, por la no censura en los criterios, la no exclusión por motivos ideológicos, políticos, como está ocurriendo en este momento en el país”.
"No queremos un bloqueo económico a Paraguay, sino una sanción a una grave irregularidad"
Comentando la exclusión de Paraguay de MERCOSUR y UNASUR en respuesta a la destitución del presidente elegido democráticamente, Lugo señala que “esta exclusión fue una sanción especialmente a la clase política que gestó, operativizó y realizó este golpe de Estado”. Al mismo tiempo, el presidente depuesto destaca que “un bloqueo económico podría repercutir en la vida de los más sencillos, de los más humildes”, y que es por eso que no están de acuerdo “con un bloqueo económico a Paraguay, pero sí con una sanción a una grave irregularidad, a un Gobierno y a los políticos de aquí”.La versión completa de la entrevista se puede ver aquí.