Ante un tribunal militar estadounidense, en julio de 2010 el sudanés Ibrahim al-Qusi, de 52 años y detenido en enero de 2002, se declaró culpable de conspiración y de haber brindado “material” a grupos terroristas. Por ese motivo fue condenado a catorce años de prisión.
Sin embargo, gracias a la colaboración con las autoridades estadounidenses fue puesto en libertad antes de cumplir la totalidad de la pena.
En la actualidad, hay más de 150 presos en la base de EE.UU. en Cuba, que Barack Obama prometió cerrar si llegaba a la Casa Blanca.