En su segunda intervención pública desde que asumió el cargo en 2009, Sawers reconoció que los servicios especiales del Reino Unido realizan operaciones encaminadas a impedir que Irán desarrolle su programa nuclear. Si no fuera por los esfuerzos de MI6 “Irán se habría convertido en una potencia nuclear ya en 2008 en vez de estar, en 2012, a dos años de lograrlo”, afirmó el jefe de la inteligencia británica.
Asimismo Sawers apuntó que, en su opinión, “será muy difícil que el primer ministro de Israel o el presidente de EE.UU. acepten a Irán como una potencia nuclear”.
De hecho, EE.UU. no solo no descarta un “ataque preventivo” contra la República Islámica, sino que reconoce que ya dispone de un plan de ataque. A finales de mayo el jefe del Pentágono, Leon Panetta, declaró que su país "tiene planes que lo capacitan para implementar cualquier contingencia que tengamos, a fin de protegernos". Por su parte, Israel también afirma que hará todo lo posible para “evitar que Irán llegue a tener una bomba nuclear”.
Las autoridades de la República Islámica han reiterado en multitud de ocasiones que su programa nuclear tiene fines exclusivamente pacíficos y que no sirve para elaborar un arma de destrucción masiva. Asimismo han acusado a los servicios especiales de EE.UU., Israel y Gran Bretaña de estar involucrados en la muerte de varios físicos nucleares iraníes que trabajaban en el programa nuclear del país persa y de ser los creadores del virus Stuxnet, que afectó seriamente a las instalaciones iraníes de enriquecimiento de uranio en 2010.