“Los votantes de Florida esperan que el Gobierno federal y el estatal cooperen para asegurar unas elecciones justas y garantizar que las listas electorales estén actualizadas y sean precisas”, señaló el secretario de estado de Florida, Ken Detzner, comentando el acuerdo.
La base de datos que ayudará a los funcionarios electorales de Florida a verificar la información sobre los votantes es la de Verificación Sistemática de Derechos de los Extranjeros (SAVE, por sus siglas en inglés).
Todavía no se sabe cuándo empezarán las autoridades del estado a comparar las listas electorales con los datos de la SAVE, que reúne la información sobre las personas que están legalmente en el país, pero no tienen derecho a voto.
Florida solicitó el acceso a la base de datos SAVE en junio con el fin de ´limpiar´ las listas electorales después de que fracasara al intentar hacerlo sirviéndose de las licencias de conducir y las fechas de nacimiento, a causa de errores en los registros estatales. En junio las autoridades del estado declararon que habían encontrado en las listas electorales alrededor de 100 nombres de personas que en realidad no tenían derecho a voto.
El uso de la SAVE por las autoridades de Florida para purgar las listas electorales ha provocado polémica, ya que mientras los partidarios de esta iniciativa afirman que contribuirá a proteger la integridad del proceso electoral, los que se oponen apuntan que esta iniciativa puede ser usada contra las minorías y los votantes pobres para privarles de sus derechos.
Así los activistas pro derechos civiles señalan que las minorías serían las primeras en ser revisadas, a la vez que algunos votantes pobres pueden carecer de recursos para tramitar algunos documentos que puedan ser necesarios para ejercer ese derecho.