Según el relato de algunos testigos, Al Alem se desplazaba en su automóvil en compañía de un colega cuando dos vehículos que transportaban hombres armados lo obligaron a detenerse.
Un portavoz de la comisión olímpica de Libia informó a un canal de televisión local de que los hombres dijeron pertenecer al Ejército y pidieron a Al Alem
"educadamente" que se fuera con ellos, mientras que la persona con la que viajaba se quedó en el coche.
Hasta el momento, el paradero de Al Alem
sigue siendo desconocido y aún no ha habido ninguna información sobre la identidad de los presuntos secuestradores.
Por su parte, el ministro de Deportes y Juventud de Libia, Fethi Tarbel, dijo que "condena este tipo de acciones, quienes lo hayan hecho son unos criminales. Esto va en contra de la revolución, esto nos trae de vuelta a la cultura de Gaddafi".
Desde la caída del régimen de Muammar Gaddafi en 2011, el Gobierno interino de Libia ha luchado para mantener a los grupos armados bajo control.
Algunos ex combatientes rebeldes se han negado a deponer las armas y, a menudo, se toman la ley por su mano, lo cual se ve reflejado en la detención de personas y el manejo de cárceles improvisadas en algunas partes del país.
A principios de este mes, dos periodistas libios fueron secuestrados cerca de Bani Walid, la antigua fortaleza de Gaddafi. Y una milicia en la ciudad de Zintan aún mantiene retenido a Saif al Islam Gaddafi, hijo del derrocado líder.