Según Lavrov, "en el borrador que ofreció Rusia al Consejo de Seguridad no habla nada sobre el artículo 7 del reglamento que permite aplicar la fuerza, tampoco incluye condiciones preliminares para cesar la violencia y empezar el diálogo. Es lo que corresponde por completo a los acuerdos en Ginebra, que no contienen ninguna exigencia preliminar", dijo el ministro. Además, Lavrov señaló que las ideas que expresan algunos países sobre los resultados del encuentro en Ginebra provocan dudas de si es posible negociar con ellos.
Si los aliados occidentales bloquean el proyecto ruso de resolución para el Consejo de Seguridad, la misión de la ONU se verá obligada a abandonar Siria, asevera. "Si nuestros aliados intentan bloquear nuestra resolución a toda costa, la misión de la ONU no tendrá mandato y se verá obligada a salir de Siria. Esto será lamentoso. Espero que desde el mismo inicio nuestros colegas occidentales no tengan la intención de crear las condiciones para acabar con la misión", dijo.
Efectivamente, no hay ninguna posibilidad de que las partes lleguen a un acuerdo y haya una solución pacífica al conflicto, según la analista política Conchetta Delavernia. “Esto es un chantaje en toda regla. Pero estamos viendo este chantaje desde el mismo inicio del conflicto. Es una norma habitual que tienen las potencias imperialistas”, dijo a RT.
"Assad no se irá por su propia voluntad porque goza del apoyo de la mayoría de la población"
El jefe de la diplomacia rusa tacha de inaceptable inculpar a Rusia y China de demorar la regulación de la crisis siria. "No es correcto acusar a Rusia y China de todo, por no hablar de las amenazas como 'ellos pagarán por esto', algo que está fuera no solo de la diplomacia, sino también de la simple educación", puntualizó Lavrov.
Serguéi Lavrov subrayó que Bashar al Assad no se irá por su propia voluntad "y no porque no queramos", sino porque detrás de él están grandes fuerzas y goza del apoyo de la mayoría de la población.
Solo algunas acciones colectivas pueden cesar la violencia en Siria. "Para acabar con la violencia en Siria todas las partes rivales deben cesar las acciones militares, sincronizar la evacuación de la maquinaria militar y las tropas armadas de las ciudades bajo el control de la ONU", aseveró el canciller ruso.
"Los observadores de la ONU en Siria no deben ser una moneda de cambio de Occidente"
Tampoco es posible, desde el punto de vista de Moscú, usar a los observadores de la ONU en Siria como una moneda de cambio. "Los observadores deben dar una evaluación objetiva de lo que pasa, investigar los incidentes como lo que pasó en Tremeh. Y vamos a intentar firmemente conseguir una prórroga del mandato de la misión de la ONU en Siria", señaló el máximo diplomático ruso.
El enviado especial de la ONU y la Liga Arabe, Kofi Annan, se reunió este lunes con el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, para tratar la cuestión siria. Según Annan, es más importante que nunca que los gobiernos que son capaces de influir sobre el régimen de Bashar al Assad usen este resorte con más eficiencia para acabar con la violencia en el país.
El Consejo de Seguridad prevé votar este miércoles el proyecto de la resolución sobre Siria, pero debido a las dicrepancias entre dos borradores presentados la votación podría demorarse. El primer proyecto, preparado por Rusia, propone ampliar tres meses el mandato de los observadores en el país árabe y no incluye la amenaza de sanciones al régimen del presidente Bashar al Assad.
El borrador del Reino Unido limita la estancia de los observadores en Siria a 45 días y establece un plazo de 10 días durante el que Damasco debe cesar la violencia y evacuar sus tropas de las zonas pobladas. En caso contrario, a Siria le esperan sanciones de la ONU.
EE.UU., Gran Bretaña y Francia han declarado ya que preparan su propio proyecto de resolución que contendrá amenazas de sanciones al régimen de Assad. "Rusia y China siguen oponiéndose a la aplicación del capítulo siete, pero no pueden dar explicaciones convincentes de por qué lo hacen, presentándolo como un hecho", afirmó el representante británico ante la ONU, Mark Lyall Grant.
Moscú subraya, a su vez, que se opone a la presión exterior contra Siria y no apoyará la resolución de la ONU si establece sanciones. El representante ruso ante la ONU, Vitali Churkin, comentó a este respecto que "en el Consejo de Seguridad hay muchas personas que las entienden [las razones de la negativa de Rusia a apoyar sanciones contra Siria]. Explicamos con todo lujo de detalles los motivos de nuestras acciones, y por qué no están claros todavía para el representante permanente del Reino Unido es un misterio para mí".
Tremeh, otro eslabón en una cadena de 'coincidencias'
Previamente el enviado especial, Kofi Annan, de la ONU condenó duramente la masacre en la localidad de Tremseh. Declaró que las tropas sirias usaron armas pesadas, violando las condiciones del alto el fuego.
Un cruel ataque con el uso de artillería se produjo la noche del 12 de julio en la aldea de Tremseh, no lejos de Hama, causando más de 200 muertos. Los rebeldes atribuyeron la responsabilidad a Damasco. El Gobierno de Bashar al Assad, a su vez, inculpa a los “terroristas” y añade que las fuerzas gubernamentales entraron en la aldea porque sus habitantes habían solicitado ayuda. Los acontecimientos tuvieron lugar el mismo día en que el Consejo de Seguridad estaba reunido para debatir una nueva resolución sobre Siria.
Los expertos tienen varias hipótesis sobre quiénes fueron los autores de la masacre en Tremseh. No obstante, hay hechos que hablan por sí mismos: la masacre en esta aldea siria no es el primer ataque sangriento con víctimas locales que se produce antes o justo después de reuniones del Consejo de Seguridad o unas declaraciones firmes de la ONU sobre la cuestión siria. La matanza en Homs el 4 de febrero pasado que se cobró la vida de al menos 260 personas; una serie de atentados en Alepo, el 9 de febrero, con casi 30 muertes; el ataque de artillería en Hula, el 25 y el 26 de mayo, que acabó con un saldo de 108 fallecidos, igual que otros múltiples ataques, se produjeron justo antes o después de que la ONU tratara la situación en Siria.