“Bibi y Steinitz go home”, gritaban los manifestantes enfurecidos. Bibi es el apodo que se le aplica al primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, mientras que Yuval Steinitz es el ministro de Finanzas de Israel.
Las manifestaciones de respaldo se celebraron también en otras ciudades, como Jerusalén, Haifa y Beershab. En Jerusalén varios manifestantes fueron arrestados tras un intento de bloquear la calle del Rey Jorge.
La carta que Moshe Silman había dejado antes de cometer el acto de autoinmolación fue leída en voz alta a los participantes de la marcha. “El Estado de Israel me lo ha robado todo, me ha dejado sin nada. Culpo a Israel, a Benyamin Netanyahu y a Yuval Steinitz por la continua humillación que tienen que soportar los ciudadanos día tras día. Se quita a los pobres para darle a los ricos”, reza la carta del taxista de 57 años.
El cuerpo de Moshe Silman resultó quemado en un 90%, por lo que fue hospitalizado en el centro médico Sheeba en estado crítico. Según los médicos, sus órganos están gravemente dañados y casi no hay posibilidades de que sobreviva.
Los manifestantes de Tel Aviv lograron bloquear Ayalon Highway y algunas otras calles. La mayoría de los conductores esperaron con paciencia que se reinicie el tráfico, algunos salieron de sus coches y se unieron a la protesta.
“Espero que esto ayude. Aquí siempre tenemos protestas y nadie nunca nos ha ayudado”, dijo el conductor Inbar Paz .
"Moshe no está loco, es igual que tú y yo”, señaló el Iliya Mershek. La mayoría de los manifestantes inculpó al Gobierno israelí de la autoinmolación de Moshe Silman, que con "su política hicieron que personas como Silman usen los métodos más desesperados en su lucha por la verdad".
Silman fue uno de los activistas de Haifa. Este domingo más de 100 personas salieron a las calles de esa ciudad para apoyar el acto. “No es una tragedia personal, sino una política maligna”, “Toda la nación es Moshe Silman”, decían las pancartas.
El movimiento de protesta contra la política gubernamental empezó en Israel hace un año. Sus participantes se oponen al crecimiento del costo de vida y del alojamiento, exigen al Gobierno israelí más justicia social y una reducción del gasto militar.