El Ejército Sirio Libre (ESL), en respuesta a “las masacres y los crímenes bárbaros" que atribuyen al régimen del presidente Bashar al Assad, ha comenzado a atacar a "todas las estaciones y puestos de seguridad en ciudades y en el campo para provocar violentos combates [con sus fuerzas] y llamarlas a rendirse", según un comunicado del ESL.
En el marco de la operación, se insta también a "rodear a todos los puntos de control policiales, militares y de la shabiha (milicias pro régimen) en Siria y a combatirlas violentamente para eliminarlas", así como a cortar todas las rutas internacionales y a apoderarse de las rutas de suministro.
El ESL reitera sus llamamientos a la deserción y anuncia que está trabajando en la liberación de los presos y detenidos", mientras que considera "objetivos legítimos" a todos los militares extranjeros en suelo sirio y a los aliados del régimen sirio.
Mientras se puso en marcha la operación ‘el volcán de Damasco y los terremotos de Siria’ -"la primera etapa estratégica para llevar a Siria a un estado de completa y total desobediencia civil"-, la comunidad internacional sigue dividida en busca de la solución al conflicto sirio.
El Consejo de Seguridad tiene ya dos borradores. El primer proyecto, preparado por Rusia, propone ampliar en tres meses el mandato de los observadores en el país árabe y no incluye la amenaza de sanciones al régimen del presidente Bashar al Assad. El borrador del Reino Unido limita la estancia de los observadores en Siria a 45 días y establece un plazo de 10 días durante el que Damasco debe comprometerse a cesar la violencia y evacuar sus tropas de las zonas pobladas. En caso contrario, a Siria le esperan sanciones de la ONU.
Debido a estas discrepancias, la votación sobre el proyecto de resolución prevista para este miércoles podría demorarse.
El canciller ruso, Serguéi Lavrov, aseveró que lo que se está haciendo es tratar de asentar la situación en Siria para que se aplique un artículo del reglamento de la ONU que abre el camino a una operación militar. Además, Lavrov señaló que si los aliados occidentales bloquean el proyecto ruso de resolución para el Consejo de Seguridad, la misión de la ONU se verá obligada a abandonar Siria. Asimismo añadió que las ideas que expresan algunos países sobre los resultados del encuentro en Ginebra provocan dudas sobre si es posible negociar con ellos.