Radares secretos y ensayos con dragaminas en el Golfo: EE.UU. clava su mirada en Irán

Estados Unidos ultima su plan para eliminar dos principales amenazas que representa Irán: sus misiles balísticos y sus minas en el estrecho de Ormuz.
Con este fin el Petágono estaría construyendo una estación secreta de radar antimisiles en Qatar y lanzará este otoño los ensayos internacionales más grandes con dragaminas en el Golfo Pérsico, según fuentes del periódico ‘The Wall Street Journal´. El objetivo será privarle a Teherán de argumentos bélicos (lanzamiento de misiles y bloque del estrecho) en el contexto de su polémico programa nuclear.

El radar será un elemento clave para un sistema de radares con instalaciones en Turquía e Israel, diseñado para proteger a los aliados estadounidenses y a los mismos Estados Unidos de los misiles iraníes.
A su vez los grandes ensayos del Golfo con dragaminas, drones submarinos y helicopteros, en los que participarán unas 20 naciones, serán anunciados en septiembre, destacaron los funcionarios norteamericanos.

‘Escudo’ contra las ‘flechas’ de Irán

Se informa que la construcción del radar en Qatar, cuyo lugar permanece en secreto, fue emprendida en este país árabe debido a la proximidad de la mayor base aérea de EE.UU. en la región, Al-Udeid, que junto con otra base qatarí aloja a un 8.000 militares.   Además, esta instalación poderosa, llamada AN/TPY-2 y también conocida como radar de banda X (por la frecuencia en la que opera), se unirá a los dos radares ya existentes, uno en el desierto israelí de Negev y otro en Turquía central.
Juntos, estos tres radares formarán un arco que permitirá a los militares estadounidenses y aliados detectar lanzamientos de misiles desde las regiones interiores de Irán así como desde su norte, este y oeste.
De esta forma Washington toma medidas contra el gran potencial iraní de misiles balísticos que pueden alcanzar a Israel y a sus aliados en Europa. También la red podría proteger a EE.UU. contra el posible lanzamiento de un misil balístico intercontinental, una amenaza para Washington que Irán, según fuentes de inteligencia, podría tener en 2015.

Los radares serán vinculados a baterías de misiles interceptores de EE.UU. basados en tierra y en barcos a lo largo de la región que podrán destruir los cohetes iraníes. Se estima que la base de Qatar concluya este mes.   Además, se planea instalar, posiblemente en Emiratos Árabes Unidos, el sistema interceptor THAAD (Terminal High Altitude Area Defense), diseñado para neutralizar misiles balísticos de corto, medio alcance y alcance intermedio, conectado a los interceptores Patriot, que proveerán de seguridad adicional y de un nivel de precisión más alto contra los misiles iraníes.

¿Defensa u ofensa?

Mientras oficiales de Qatar y EE.UU. no confirman la información sobre el nuevo radar y los ensayos, las fuentes de 'Wall Street Journal' aseguran que los objetivos de estos preparativos militares son defensivos.
“Hay un esfuerzo para ponerlo en funcionamiento lo más rápidamente posible”, aseguró un alto cargo del Ministerio de Defensa. “Pero no es como si se dieran prisa en prepararse para un conflicto inminente”, concluyó.
 
Sin embargo estos datos reflejan la preocupación de los militares estadounidenses tras el frenazo de las negociaciones diplomáticas con Irán, país contra el que este verano se han activado duras sanciones petrolíferas.   La preocupación crece debido a la tensa situación que se vive en torno al estrecho de Ormuz y las preocupaciones de que Israel podría asestar un golpe preventivo contra instalaciones nucleares iraníes. Aunque Teherán asegura el carácter pacífico de sus planes, Tel Aviv cree que Irán busca crear armas nucleares.
En este ámbito Washington no solo aumenta su potencial defensivo, sino que refuerza sus capacitades ofensivas en la región, donde ya tiene un contingente considerable. Así, el Pentágono anunció el envío de un portaaviones y su flota al Golfo Pérsico cuatro meses antes de lo previsto.
Irán ya ha criticado los refuerzos de la flota estadounidense cerca de sus fronteras y ha acusado a Washington de aumentar la presencia militar en la región.