Australia revisa la veda del tiburón blanco tras una ola de cinco ataques mortales

Después de que una quinta víctima perdiera la vida entre las mandíbulas de un tiburón blanco en los últimos diez meses, las autoridades australianas ya se plantean la posibilidad de revisar el estatus de protección que pesa sobre este gran depredador de los océanos.
“Los cinco ataques mortales [en diez meses] no tienen precedentes y suscitan una gran alarma”, reconoció el ministro de Pesca del estado de Australia Occidental, Norman Moore, en un comunicado.

La última víctima, Ben Linden, de 24 años, practicaba surf el sábado pasado cuando fue atacado por un escualo de cinco metros de largo que se cree puede pertenecer a la especie Carcharodon Carcharias o tiburón blanco, una de las más peligrosas. La Guardia Costera todavía busca los restos del joven.

Mientras se intenta localizar al tiburón, bautizado por la prensa como ‘Brutus’, las autoridades han ordenado sacrificar cualquier escualo que mida más de cuatro metros de largo y mantienen cerradas las playas próximas a la zona del ataque.

Moore ha reclamado “nuevas medidas” y ha pedido que se aclare "urgentemente” el estatus de protección del tiburón blanco, ya que -dijo- su población ha aumentado tras casi dos décadas en las que fue declarada especie vulnerable. El ministro recordó que los ataques de este animal han aumentado de forma más sensible en Australia que en otras partes del mundo.

Por su parte, Marin Garwood, experto del acuario de Sidney, pone en duda la existencia de una relación directa entre el aumento del número de tiburones y el incremento "inusual" de las agresiones, ya que -asegura- no hay estadísticas fiables al respecto.  

El primer ataque mortal conocido de un gran tiburón blanco en el país data de 1791 y desde entonces se han registrado 689 casos, de los que 200 resultaron mortales, según datos de la Sociedad de Conservación de Australia.