No acepte dulces de desconocidos: los nazis planearon matar a Churchill con chocolate

Los nazis urdieron un complot para asesinar al entonces primer ministro británico, Winston Churchill, con tabletas de chocolate rellenas de explosivos durante la II Guerra Mundial.
La información, divulgada por el periódico 'The Daily Telegraph', se basa en una carta a la que tuvo acceso el diario y que fue escrita por un espía británico que enumera los detalles de la conspiración.
Según explica el diario, los fabricantes de bombas que trabajaban para los nazis recubrieron con una fina capa de chocolate negro las barras de explosivos.

La muerte más dulce

Las tabletas fueron empaquetadas con un envoltorio negro y dorado de aspecto lujoso y el régimen nazi planeaba recurrir a agentes secretos que operaban en el Reino Unido para introducirlas discretamente en el comedor utilizado por los ministros británicos durante el conflicto mundial (1939-1945).
A parecer, las letales tabletas de chocolate, etiquetadas como ‘Peters Chocolate’, se rellenaron con suficiente explosivo como para poder matar a personas situadas a varios metros de distancia.
La conspiración fue abortada gracias a la mediación de agentes secretos británicos, que averiguaron que el mortífero chocolate estaba siendo fabricando y alertaron a uno de los veteranos agentes de los servicios de contraespionaje del Reino Unido MI5, Lord Victor Rothschild, antes de que la vida de Churchill corriera peligro.
El agente, miembro destacado de la conocida familia de banqueros Rothschild, redactó de forma inmediata una carta, fechada el 4 de mayo de 1943, que envió al ilustrador Laurence Fish para encargarle que dibujara la barra de chocolate y distribuyera la imagen en carteles para alertar al público.
Esa misiva, escrita desde su búnker secreto en Londres, es el documento que ha descubierto la existencia del complot. La carta, sobre la que estaba escrita la palabra "secreto", fue descubierta por la esposa del dibujante, la periodista Jean Bray, cuando gestionaba las posesiones que dejó su marido tras su muerte, acaecida en 2009 a los 89 años de edad.