El veto, según el diplomático, también está justificado por la necesidad de “dar más espacio a Kofi Annan para trabajar sobre el documento [...] del Grupo de Acción que establece la base para la creación del gobierno de transición [en Siria]”.
Churkin destacó que la única vía para resolver la crisis es “volver a la mesa de negociaciones” que tendrá como “buena base” los resultados del encuentro del Grupo de Acción para Siria, compuesto por miembros del Consejo y naciones árabes, celebrada en junio pasado en Ginebra.
Un enfoque erróneo de Occidente
El representante ruso destacó que los aliados occidentales “no hicieron nada para establecer un proceso eficiente [de resolución del conflicto] en Siria”, añadiendo que tendrían que concentrarse en “ayudar a Kofi Annan”, en vez de “trabajar con los así llamados Amigos de Siria, el grupo de países enemigos del Gobierno de Siria”.
Churkin dijo que esta política hacia los 'Amigos' conlleva “consecuencia trágicas”, ya que éstos buscan "derrocar" al régimen légitimo sirio que representa a una parte de población del país. Tal comportamiento “está causando un considerable derramamiento de sangre”, lamentó.
“Reformas y diálogo sería una línea de acción más razonable, y es algo por lo que Rusia aboga”, dijo el representante. "El problema es que el diálogo todavía no ha empezado, los grupos de oposición rechazan entrar en el diálogo con el Gobierno sirio, que se dice dispuesto a tal diálogo”, recalca Churkin. La oposición "tiene que intentar aceptar esta propuesta del Gobierno", cree el diplomático.
El timo del humanitarismo occidental
Respondiendo la pregunta de RT sobre una posible intervención no militar sino humanitaria en Siria, Churkin dijo que “desgraciadamente la intervención humanitaria solo suena humana”, y añadió que cualquier intervención militar inevitablemente causará más sangre.
“Todos sabemos que estos grandes humanistas del mundo -EE.UU. y el Reino Unido- intervinieron en Irak apelando a todo tipo de pretextos nobles, en este caso a las armas de destrucción masiva que no existían”, argumenta el diplomático ruso.
Esta acción “causó 115.000 muertes civiles y millones de refugiados y personas desplazadas”, recordó Churkin, que advirtió: “no se dejen timar por la retórica humanitaria”.
“Hay mucha más geopolítica en su política en Siria que humanismo y, desgraciadamente, la consecuencia práctica de su política es que el conflicto y la masacre no se detiene”, resumió.
Occidente socava la influencia de Irán
“Su interés está claro, y su motivación principal en derrocar a Al Assad es socavar la influencia iraní en Oriente Medio”, asegura Churkin, que ve la misma motivación en “otros luchadores por la democracia en Oriente Medio", como "Arabia Saudí y Qatar”.
En cuanto al futuro de la misión observadora de la ONU, que no fue definido durante la sesión del Consejo de Seguridad, Vitali Churkin ha destacado que Rusia está a favor de extender su mandato porque ello supone “una posibilidad de recibir información imparcial”.
Además, dijo que había consenso entre los miembros del Consejo en cuanto a prolongar el mandato hasta 30 ó 45 días, pero que no pudieron aprobarlo después de que la parte británica “empezara a realizar trucos políticos baratos”, añadiendo condiciones políticas a la resolución sin previo aviso.
Según Churkin, ahora los miembros del Consejo van a discutir la extensión del mandato de los observadores sin ningunas condiciones políticas.