Este movimiento de defensa de los afroamericanos denuncia que casi la mitad de las víctimas estaba desarmada, mientras que otros fueron acusados de poseer ‘armas’, cuando en realidad lo que portaban era un bastón o una pistola de juguete. En casi el 40% de los casos la policía esgrimió "comportamiento sospechoso”, “apariencia sospechosa" o “violaciones de tráfico” como razones para tratar de detener a la persona que mataron.
El activista Ronald Gochez indica que esta violencia racista por parte de las fuerzas del orden se manifiesta desde hace varios años. “EE.UU. tiene una larga historia de hacer lo mismo, pues basicamente fue fundado por la violencia en contra de los pueblos indígenas y africanos” afirma.
Gochez cree que los únicos momentos de la historia de este país en los que la comunidad afroamericana ha podido defenderse ante ese tipo de abusos y ataques fue cuando se organizaron.
“Por ejemplo, en los años 60, cuando la organizacion militante ‘panteras negras’ se organizó para autodefenderse, vimos que la policía fue forzada a respetarlos, pero después de eso vimos una ola de represión y hubo decenas de asesinatos de los líderes de las panteras negras y de otras organizaciones afroamericanas”, se lamenta el activista, que afirma que el cambio no a a ser fácil, ya que tiene que tratarse de un cambio sistemático, fundamental.
Nueva York, Texas y Florida son los estados que registran mayor número de asesinatos. El caso que más ruido generó fue el de un adolescente en Florida (Trayvon Martín) que fue asesinado a balazos por George Zimmerman, un guardia de barrio. El caso tuvo una gran repercusión en la opinión pública debido a que Trayvon tenía 17 años y estaba desarmado.