Según informa Aviation Week, IARPA, una agencia estatal de EE.UU. que sigue el modelo de la Agencia de Proyectos de Defensa (DARPA), ha ganado un contrato de 4.800 millones de dólares para desarrollar un drone ultrasilencioso como parte del programa Great Horned Owl Program, enfocado a desarrollar tecnologías de vehículos no tripulados de características únicas de nueva clase.
La agencia informa de que el vehículo no tripulado tendrá como objetivo recoger información militar “sin que nadie sepa que está allí”, lo cual es difícil de conseguir sin sacrificar la carga útil. El peso adicional de los sensores, así como la habilidad de volar más tiempo entran en contradicción con la 'visibilidad' del aparato. Los drones se alimentan de baterías pero no pueden permanecer en el aire mucho tiempo. A esto se añade el ruido generado por las hélices, así como el ruidoso funcionamiento de los motores diesel con sus partes móviles (émbolo, turboventiladores, engranajes).
La idea de IARPA es mantener estos eficaces pero ruidosos motores para un vuelo “normal”, pero en el momento en el que la aeronave necesite hacerse invisible el operador lo pondrá en modo funcionamiento de baterías, como en un coche híbrido. Esto significará que en función de la duración de las baterías se apagará todo el ruido de los motores 'convencionales'.
La agencia no espera que el drone pueda volar en este modo más de 30 minutos. Lógicamente este tiempo no será suficiente para una prolongada misión de reconocimiento o patrullaje, pero sí para 'echar un vistazo' al enemigo sin ser detectado.
El drone-lechuza de IARPA no es la primera idea de aeronave inspirada en este pájaro. La NASA promueve el mismo concepto. Pero los especialistas coinciden en que se necesitarán años para poner en servicio una nave aérea de este tipo.