En la actualidad el canal falso emite canciones nacionales sirias, así como su himno nacional. Se trata de sentar las bases para difundir luego las ideas opositoras en sus programas, dijo el Ministerio en un comunicado.
El Ministerio también advirtió que es posible que en cualquier momento la televisión nacional siria sea retirada del aire y sustituida por el canal falso.
La advertencia se produce después de que unos terroristas armados secuestraran a Mohammed Saeed, un locutor de la televisión estatal siria en Damasco.
A principios de junio la Liga Árabe exigía retirar todas las cadenas sirias, tanto estatales como privadas, de los satélites árabes privados Arabsat y Nilesat, ignorando el hecho de que Siria es propietaria de una parte de las acciones de Arabsat. Previamente el canal de televisión por satélite Dunya, que desempeñaba un papel clave en la divulgación de los diferentes complots contra Damasco, fue sacado del aire de dichos satélites árabes.
Hace unos días la agencia estatal SANA denunció que en las cercanías de la capital qatarí se preparan decorados que simulan edificios gubernamentales sirios para filmar falsos enfrentamientos. La agencia estatal siria subraya que se trata del segundo intento del Gobierno de Qatar de organizar rodajes de reportajes falsos cuyo objetivo es imponer a los telespectadores su propia visión de los acontecimientos en Siria.
Los funcionarios sirios han denunciado varias veces la intensificación de la guerra informativa en el país y la difusión de falsos rumores contra el Gobierno de Damasco. El 18 de julio tras el atentado contra la sede central de la seguridad nacional, que se llevó la vida de varios altos cargos de la cúpula gobernante del país, los rebeldes difundieron rumores de que el presidente Bashar Al Assad, herido, abandonó la capital y se escondió en Latakia. Al mismo tiempo se comunicaba que la esposa del mandatario, Asma Al Assad, huyó hacia Rusia. Pasadas unas horas Assad, sano y salvo, asistió a la ceremonia funeraria de uno de los ministros asesinados. La Cancillería rusa tachó como “burbujas informativas” y una “trampa de mala fe” la información sobre la esposa de Assad.