La madre de la víctima, Genevieve Huizar, busca un resarcimiento de 50 millones de dólares por la violación de derechos civiles y la muerte injustificada de su hijo.
El joven residente de Anaheim, condado de Orange, California, murió el pasado sábado a consecuencia de dos balazos disparados por un oficial durante un barrido en el sector latino de la ciudad. Tenía 25 años y, según un comunicado del sindicato policial urbano, tenía antecedentes delictivos. No obstante, en sus denuncias, la familia Díaz alega que el hispano fue asesinado debido a su raza.
Según datos preliminares de la investigación, el joven recibió primero una bala en una pierna y solo cuando cayó de rodillas, le pegaron otro tiro en la parte posterior de la cabeza. La abogada de la familia considera este segundo impacto como “un tiro estilo ejecución”.
El FBI anunció que en paralelo a la tarea que realizan los fiscales del condado, iniciará su propia investigación complementaria, que le permitirá deducir las verdaderas razones de lo sucedido.Mientras tanto, la muerte del joven desencadenó una protesta en Anaheim. Según cuentan testigos en Twitter, la Policía disparó gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes.