En los EE.UU. aumentan las críticas en cuanto al presupuesto del estado en lo que se refiere a los gastos estipulados para la guerra de Afganistán.
El congresista norteamericano Dennis Kucinich comentó las perspectivas del país si las prioridades de la economía no cambian y subrayó que el aumento de los gastos de defensa podría provocar el colapso de la economía.
Calificó la situación económica actual como muy grave, con una cantidad de desempleados que supera los 15 millones de personas, con unos 12 millones que pueden perder sus hogares durante el año que viene, con 47 millones de gente que pasa hambre y que no puede acceder a ningún tipo de asistencia médica y con millones de ciudadanos que perdieron sus inversiones, sus pensiones y su seguro de jubilación. Afirmó que la preocupación principal en este momento debe ser resolver estos problemas “domésticos” y no invertir en “aventuras” extranjeras. Una guerra siempre es una sangría para la economía, porque requiere unos gastos de mayor escala para alta tecnología militar.
Limita las oportunidades de los jóvenes y, además, no crea, sino que elimina puestos de trabajo. Un soldado cuesta, aproximadamente, un millón de dólares al año. Con esta suma se puede crear 25 puestos de trabajo pagando 35,000 dólares al año. Así que el ratio entre el sector civil y el militar es 25:1, como mínimo.
Califica los planes del Gobierno estadounidense de relacionar las prestaciones por desempleo con los fondos destinados a financiar la guerra como inmorales: según él, no se puede decir a los ciudadanos de tu país que solamente podrán pagar las ayudas al desempleo si mandan a sus hijos al campo de batalla.
Una economía basada en la guerra puede colapsar en cualquier momento.
Kucinich está difundiendo una petición para acabar con la guerra en Afganistán, subrayando que se trata simplemente de apelar a la olvidada responsabilidad constuticional del Congreso de iniciar y acabar con la guerra: en una democracia real, solamente los representantes electos tienen derecho a decidir si el país debe participar en una guerra.