A juicio del experto, EE.UU. es el primer interesado en que se restablezca un comercio normal entre los dos países. Además, el comité votó por la abolición porque la enmienda “no tiene ningún efecto práctico: ni de sanción económica, ni de sanción política”. “El Congreso está buscando otras formas de presión política sobre Rusia”, advierte Gambina.
La enmienda de Jackson–Vanik fue aprobada por EE. UU. en 1974. Dicha ley limita las relaciones comerciales del país norteamericano con los Estados cuyas autoridades violan los derechos humanos y obstaculizan el libre movimiento de sus ciudadanos fuera de sus fronteras. A pesar de que la enmienda no ha sido abolida en referencia a Rusia como país sucesor de la Unión Soviética, en la práctica no funciona desde 1989, ya que EE. UU. aplica anualmente una moratoria a la ley.
Anteriormente, el 18 de julio, el Comité de Finanzas del Senado aprobó unánimemente el proyecto de ley que prevé la concesión del estatus de socio comercial convencional a Rusia, vinculándolo con la aprobación del ‘Acta Magnitski’, un proyecto de ley que prevé sanciones contra los funcionarios rusos presuntamente implicados en la muerte del jurista Serguéi Magnitski, que falleció en una cárcel rusa en noviembre de 2009.
Por su parte, el jefe del Comité de Presupuesto señaló que aunque el ‘Acta Magnitski’ no forma parte de las competencias del organismo que dirige, él es partidario de unir las dos iniciativas legales antes de que sean estudiadas por la Cámara de Representantes.Los parlamentarios rusos proponen a la parte norteamericana no vincular las dos iniciativas legales. Rusia ha reiterado en numerosas ocasiones que si EE.UU. aprueba la Ley Magnitski, esto afectará a las relaciones bilaterales y hará necesaria la toma de medidas de respuesta.