Las preocupaciones sobre la privacidad de los usuarios de Skype aparecieron luego que se filtrara información de que la comunicación en el servicio había llegado a ejecutarse a través de supernodos ubicados en los centros de datos de Microsoft, empresa propietaria de Skype. Originalmente, la mayor parte del tráfico era transportado en los computadores de los usuarios.
En un comunicado publicado en su blog oficial, Skype aseveró que los cambios estaban destinados únicamente para mejorar la confiabilidad del sistema y la experiencia del usuario.
Al mismo tiempo, el gerente de operaciones Mark Gillet resaltó que Skype seguirá colaborando con representantes del orden público siempre y cuando se requiera legalmente.
Cabe reseñar que de acuerdo con el punto tres de la Política de Confidencialidad de Skype, el servicio y sus socios pueden "suministrar los datos personales, el contenido de las conversaciones y/o el tráfico de datos de los usuarios en respuesta a una demanda legal del poder judicial o de los órganos del orden público".
Durante varios años Skype ha sido uno de los pocos servicios que hacían casi imposible la intercepción de las conversaciones de los usuarios gracias a diferentes mecanismos de cifrado de datos.
En mayo del año pasado Microsoft patentó la tecnología de la “intervención legal”, la que permite a los órganos del orden público interferir las conversaciones de los usuarios e interceptar el contenido que intercambian sin que se den cuenta de ello.
Los altos cargos de la compañía estadounidense se negaron a contestar a la pregunta sobre si dicha tecnología se aplicaría o no a Skype.