En el operativo también participan 230 voluntarios, tres aviones Il-76, cuatro aviones anfibios Be-200 y varios helicópteros.
Hay 33 focos registrados, donde la inflamación se produjo casi simultáneamente como consecuencia de un largo período sin lluvias y un tiempo de calor. Entre esos focos no hay ninguno que se acerque a las poblaciones, pero a los vecinos les molesta el humo que contiene dos veces más del tóxico monóxido de carbono que las normas sanitarias establecen como el nivel máximo aceptable.
El fuego devora también varias zonas boscosas de la colindante provincia de Kémerovo. En ambas regiones, las autoridades declararon el estado de emergencia y solicitaron ayuda al centro federal.
El ministro de Emergencias de Rusia, Vladímir Puchkov, sobrevoló en una avioneta los principales focos de incendios y espera que se logre estabilizar la situación dentro de los próximos tres días. En las últimas 24 horas la superficie abarcada por las llamas se redujo en unas 200 hectáreas, debido a los esfuerzos de los bomberos.