En su memoria los aficionados al surf, completamente equipados con tablas, ingresaron al océano y formaron dos figuras circulares, una dentro de la otra.
Ben Linden, de 24 años, fue la quinta persona que murió a causa de los ataques de tiburones en las costas de Australia en los últimos 10 meses. El pasado 14 de julio se atrevió a salir a buscar la ola junto con un compañero pese a que desde hacía cuatro días su grupo notaba en varias ocasiones la presencia de un tiburón enorme en la zona de sus entrenamientos.
Tras el accidente varios colectivos de surfistas y grupos de la población instaron al Gobierno para que borre a este animal de la lista de especies protegidas. Por el momento, la caza del tiburón blanco está prohibida por ser considerado como vulnerable su estado de conservación, pero las autoridades australianas están estudiando la propuesta de levantar la veda.