Entra en vigor el acuerdo que protegerá a niños rusos adoptados por estadounidenses

En vista de los numerosos casos de maltratos y asesinatos de niños rusos adoptados por estadounidenses, el presidente de Rusia Vladímir Putin firmó un acuerdo de cooperación bilateral sobre adopción internacional.

La normativa se basa en la legislación rusa, especialmente en el Código de la Familia y en la experiencia en este terreno con países como Italia. La ley regula el proceso de adopción y fija un mecanismo de control de las condiciones de vida y educación de los niños rusos en familias adoptivas.

El acuerdo establece que la adopción por extranjeros será considerada solo si no se encuentra una familia adecuada en Rusia. Al mismo tiempo, el proceso de adopción debe realizarse a través de una organización autorizada, excepto en los casos que sea por familiares.

También se define el procedimiento para el cambio de nacionalidad a la del país de los padres adoptivos o la preservación de la nacionalidad de origen. E incluso se obliga a los aspirantes a adoptar un niño a acudir a un curso especial de preparación y a proporcionar un informe psicológico de sus aptitudes para ello.

El acuerdo fue suscrito en julio del 2011 en Washington y presentado a la Duma Estatal rusa en marzo pasado a raíz del anuncio gubernamental para suspender las adopciones entre ambos países hecho en abril del 2010.  Un nuevo acuerdo se hizo evidente ante la necesidad de regular a las agencias encargadas de tramitar estas adopciones.
 
El caso de Artiom Savéliev, de 7 años, que fue adoptado por una mujer estadounidense que lo devolvió a Moscú solo y con una nota en la que se negaba a hacerse cargo de él fue el detonante para que Rusia suspendiera las adopciones por extranjeros.

Tan sólo la semana pasada, un niño ruso de 8 años que residía con sus padres adoptivos en el estado de Virginia (EE.UU.) escapó de la casa.  Al ser revisado le encontraron hematomas y marcas de golpes y el pequeño se negó a regresar con su familia adoptiva. Según datos oficiales, durante los últimos 10 años padres adoptivos estadounidenses han asesinado a 19 niños rusos y varios más han muerto a causa de accidentes y enfermedades.