El vencedor de tan extraordinaria lotería, realizada en la ciudad de Hartlepool (condado de Durham), fue el pequeño Jamie Brown, que siempre soñó con dinamitar un edificio como tantas veces lo vio por televisión y en las películas.
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Jaimie Brown se enteró por un anuncio de la rifa, en la que cualquier persona podría participar comprando un billete de 1,5 dólares. El niño le pidió a su abuelo que se lo comprara y su cupón resultó ser el afortunado de entre 6.000.
Aunque las leyes de Gran Bretaña prohiben realizar destrucciones de objetos arquitectónicos a quienes no tengan la formación adecuada, en esta ocasión decidieron revisar las reglas.
De esa forma, Brown, ayudado por especialistas, entró en la historia de la ciudad tras presionar el botón del detonador ante unas 700 personas, demoliendo una gran chimenea de una antigua planta química construida a principios de los años 60 del siglo XX.
"¡Ha sido fascinante!", dijo por su parte el pequeño destructor. Los vecinos quizá se alegren también por ver despejados los cielos de su ciudad.