Una ola de bombazos casi simultáneos irrumpió este 24 de diciembre en Iraq. Estallidos en Bagdad y Al-Hillah dejaron un saldo de 27 muertos y más de cien personas heridas.
Quince personas murieron y unas 70 resultaron heridas por una serie de atentados terroristas casi simultáneos ocurridos en la ciudad de Al-Hillah, a 95 kilómetros al sur de Bagdad. Los ataques fueron destinados en contra de los musulmanes chiíes que se congregaron para celebrar la fiesta religiosa más importante del año, el Día de Ashura.
La primera detonación tuvo lugar en una parada de buses en Al-Hillah. Unos 15 minutos más tarde, cuando la policía se encontraba en el lugar, estalló un coche bomba.
Ese mismo día tres personas murieron tras el estallido de un aparato explosivo en Zafaraniyeh, un barrio al este de Bagdad.
Otro atentado terrorista se registró durante una ceremonia de funerales en Ciudad al-Sadr, un suburbio de Bagdad, que resultó en la muerte de nueve personas y 33 heridos. Según fuentes policíacas los explosivos estaban bajo la jaima con el cuerpo.
Ciudad al-Sadr —sede de los aliados del líder chií iraquí, Hoyatoleslam Muqtada al-Sadr,— es uno de los barrios más inquietos y peligrosos de la capital por ser lugar de frecuentes ataques terroristas.
Las autoridades de Iraq intensificaron las medidas de seguridad intentando prevenir posibles agresiones hacia los chiíes de parte de extremistas suníes.