Con este fin los militares suelen usar perros, pero las ratas tienen una gran ventaja sobre los primeros: su sentido del olfato es muy agudo, pueden sentir hasta un gramo de explosivo a una distancia de un metro y, al mismo tiempo, pesan tan poco que no activan las minas aunque se posen sobre ellas. Además la manutención de los roedores es menos costosa que la de los canes.
El ejército de Estados Unidos se mostró interesado en usar roedores para la búsqueda de artefactos explosivos en 2010, cuando quiso ‘reclutar’ gigantes ratas de bolsa africanas (Cricetomys gambianus). La única desventaja de estos 'zapadores' resultó su productividad. Una rata, por muy adiestrada que esté, es incapaz de rastrear detalladamente más de 84 metros cuadrados al día.
El próximo objetivo de los investigadores es entrenar a los roedores para encontrar a personas enterradas bajo las ruinas de edificios derribados por terremotos, así como detectar drogas.